
Martín Onti: Cuartos de Champions League
Hablamos de Champions League, de unos cuartos que apuntaron anoche las primeras intenciones en Anfield Road y en el brillante y majestuoso nuevo estadio de White Hart Lane. Dos partidos para dar inicio a una ronda decisiva que en lugar de alegrar los corazones y dar bríos de practicar un buen fútbol, castiga con el miedo en el cuerpo por temor a pérdidas que describen los tiempos que corren.
En la ciudad de los Beatles, los que nunca caminan solos vencieron a un Porto que en realidad no está para dar ninguna sorpresa en esta competición. Por momentos dio la impresión de que el Liverpool de Jürgen Klopp jugó al gato y al ratón con los de Sérgio Conceiçao cuando se lo propuso. Un partido que dio para pensar que a veces las similitudes de juego son sólo una quimera en los papeles previos y que las consecuencias de la realidad dejan al descubierto quién es verdaderamente quien.
En el nuevo recinto de los Spurs, y haciendo gala de una noche de estreno europeo, los dirigidos por Mauricio Pochettino terminaron ganando este juego, sólo eso. Los miedos de que hablábamos estuvieron sentados con Josep Guardiola en su banquillo y este dominó el protegido recelo que su Manchester City exhibió ante un Tottenham con prejuicios al que sólo la fortuna en un disparo del coreano Heung-min Son le otorgó la ventaja de cara a la vuelta en el Etihad.
Despojados de sus miedos, lógicos o no por tantas cuestiones a considerar, desde el deportivo al económico, los encuentros de vuelta no deberían ser parte de lo inesperado. En un principio, y con el análisis propio del poderío de cada una de estas cuatro instituciones, el fútbol es toda una cuestión de relatividades a las que se debería respetar.
Pep Guardiola no puede frenar la potencia ofensiva de su equipo, más ahora si se confirma la seriedad en la lesión de Harry Kane, y superar una mala lectura de la realidad, esa que anoche hizo ver a los de Pochettino casi en control del juego ante un adversario que es evidentemente a día de hoy, considerablemente superior.
La otra eliminatoria, es una oportunidad para aquellos apostadores empedernidos que, para pagar una deuda de orígenes descomunales, deberían jugarse hasta lo indecible a favor de los de Anfield para saldarla. No veo ninguna posibilidad al Porto de dar vuelta el destino ante un Liverpool que bien podríamos decir, dejó sentenciado en el encuentro de ida.
De todas maneras, Liverpool y Manchester City, vistos ambos a vuelo de pájaro y despojados en nuestro juicio de sus temores, deberían ser los seguros semifinalistas de esta edición de la Champions League.
Esta noche hay más, en Old Trafford y en el Ámsterdam Arena, el Barça y la Juve se juegan el partido más comprometido de los dos que esta serie les ha deparado en suerte disputar. Serán visitas en primera instancia y con resultados tan imaginables como lo dictan las estadísticas, se proponen como quienes acompañarán a los de Klopp y Guardiola a semifinales.
Martín Onti