Danny Willett es el primer inglés en ganar desde 1996 el Masters de Augusta de golf
AUGUSTA, Georgia.- Qué distinto sería el golf si se pudiera eliminar de una ronda o de un torneo el peor hoyo. Pasa en las regatas y en algunas otras disciplinas, donde se perdona la caída. No en el golf. Que lo diga Jordan Spieth. Al enorme favorito para ganar por segundo año consecutivo el Masters de Augusta la vida se le fue en el hoyo 12. Vanía liderando con tranquilidad, como cada una de las tres rondas anteriores, pero firmó +4.
El tiro a green se le fue al agua; el siguiente, a la arena y aunque acertó el primer putt, con siete golpes en ese par tres se despidió de la corona. Aunque no se rindió.
Eso sobre el estadounidense. El inglés Danny Willett casi no la cuenta. Estaba clasificado para el primer major del año y pocas cosas podrían dejarlo en casa sin jugar. Precisamente una de ésas ocurrió: su hijo tenía fecha programada de nacimiento para la semana del Masters. Es el primero y Augusta debía esperar.
El que no esperó fue Zachariah, que nació anticipadamente el 30 de marzo, lo que le daba tiempo al número tres del ranking del European Tour y 12º del mundo para llegar a Georgia. Y llegó. De a poco, nunca hizo noticia en las primeras tres jornadas. Tras la primera ronda estaba noveno, con -2; el viernes se puso octavo, con par; score que mantuvo el sábado, pero que le permitió subir al quinto puesto. El ataque vendría el domingo.
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Tal vez nunca supo del descalabro de Spieth en el 12. El británico, de 28 años y a quien sus dos hermanos mayores introdujeron en el golf cuando era niño, jugaba tres grupos más adelante y cuando se puso a ver por televisión qué hacía Spieth para tratar de alcanzarlo, la espera fue eterna.
Spieth trató. Después del 12 anotó birdies en las banderas del 13 y 15, pero era insuficiente, más aún con el bogey en el 17. “A un mal swing en el 12, en el momento equivocado se sumó un error tras otro. Creo que me falló la disciplina, porque después de la serie de birdies en la primera parte (del seis al nueve), pensé que con pares ganaría el campeonato”, dijo Spieth, quien ha jugado tres veces el Masters: tiene un primer puesto y dos segundos. Por primera vez un europeo gana el campeonato desde que José María Olazábal lo hiciera en 1999 y por segunda vez en la historia, un inglés se colocaba la chaqueta verde, tras Nick Faldo. Para desgracia de Spieth, debió calzársela a Willett, en su condición de campeón de 2015.
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“Jugué muy bien. Sabía que tenía que entrar a ponerle presión a Jordan y me resultó. Le dije a mi caddie que teníamos que llegar a seis o siete bajo el par. Ahora miro atrás y me veo cómo veníamos empujando. Han sido tres increíbles semanas”, declaró el inglés, el nuevo campeón del Masters.