Monterrey, Alexander Mejía

Alexander Mejía recuerda con nostalgia su niñez

MONTERREY, México.- Aunque muchos conservan grandes recuerdos de la infancia y momentos llenos de alegría, la historia de Alexander Mejía es conmovedora.

El mediocampista de Rayados, respira profundo, baja la mirada y aprieta los labios para después responder sobre los recuerdos de la niñez ,pues el colombiano vivió con muchas carencias, algunas veces teniendo que elegir entre comer o viajar en autobús. 

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Regresar a su humilde casa entre altas temperaturas y caminando, no era nada del otro mundo para el hoy mundialista cafetalero, pero sin duda no era sencillo.

“Me tenía que levantar temprano para ir a la escuela  y me tenía que ir a pie o si tenía que irme en un bus, no tenía para el próximo, para devolverme, y esas son cosas que le quedan marcadas a uno”, dice con nostalgia.

Los lujos no existían para el nacido en Barranquilla, Colombia.

“Lo otro es que (en la escuela) había un receso (recreo) para uno merendar y yo no tenía con que merendar”, recuerda el futbolista.

“Si me gastaba la plata del transporte en merienda me tenía que devolver a pie con una temperatura de 40 o 45 grados en la ciudad donde soy yo”. 

Hoy es padre de dos niños. Santiago y Sebastián son sus grandes alegrías y a quienes busca darles lo que él no pudo tener en su infancia.

“Ya el tiempo va cambiando y ya los hijos van a encontrar en uno ese apoyo con más facilidad que si tienen una calamidad, van a encontrar en uno ese apoyo, pero en ese tiempo de unos años atrás era complicado conseguir las cosas”, mencionó.

A pesar de que vivió momentos difíciles, Mejía siempre ha sido agradecido por lo que valora el esfuerzo de sus padres.
“Es una familia muy humilde, muy trabajadora, que siempre mi papá, mi mamá, todos mis tíos, mis abuelos, se enfocaron en trabajar y sacar la familia adelante.  Con ese gran ejemplo que toda la familia le dio a uno, uno va creciendo y asimilando todo y ya estando en una buena posición, uno le retribuye todo lo que ellos me dieron. Siempre le voy a dar gracias a Dios por tener esa gran familia que tengo”, aseguró.

En pleno 30 de Abril, Alexander abrió su corazón y llegó a la conclusión de que cada sacrificio le rindió frutos.

“Todo eso se recuerda, y eso me llena de satisfacción, de fuerza, de ganas, porque ya estando en otra posición, eso quiere decir que el esfuerzo valió la pena”, finalizó.

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