MADRID, España.- Real Madrid derrotó 3-1 al Athletic de Bilbao e hilvanó tres triunfos desde aquella derrota ante Alavés, pero no todo es “miel sobre hojuelas”, porque una vez más el partido del conjunto merengue fue objeto de polémica y debate en las redes sociales por “culpa” del arbitraje.

 

¡EL RENACER MADRIDISTA!

Un resumen de los últimos días del @realmadrid

¿A qué crees que se deba este cambio radical? Te leemos pic.twitter.com/rb5y64M47f

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¿La razón?

 

El silbante Jesús Gil Manzano no marcó dos penales por bando, ni siquiera con la ayuda del video arbitraje, el famoso VAR.

 

La primera situación controversial se registró cuando apenas transcurría el minuto 12 del primer tiempo, en una jugada clara de gol para el Athletic Club, luego de que Iñaki Williams entrara al área, pero justo cuando se perfilaba para disparar a la portería del Madrid, Dani Carvajal lo derribó con un claro empujón con el codo sobre la espalda.

 

El recurso que usó el lateral derecho merengue sobre el delantero rojiblanco ameritaba incluso la tarjeta roja, pero el árbitro y el VAR lo pasaron por alto.

 

¿Ya pueden dejar de pedir la salida de Zidane?

Le ganó al Atlético de Madrid y al Athletic Club
Clasificó a 8vos. de final en Champions League como primero de su grupo

❤️ si ya se ganó la confianza absoluta del madridismo pic.twitter.com/LBtjU93Z5b

— Telemundo Deportes (@TelemundoSports) December 15, 2020

 

La mecha se encendió aún más cuando apenas un minuto después, al 13, Raúl García fue expulsado por una segunda tarjeta amarilla tras una falta en contra Toni Kroos. El delantero del Bilbao ya había visto la primera amonestación a los siete minutos también por un foul sobre el alemán.

 

Pero el cuadro Rojiblanco no fue el único, también los pupilos de Zinedine Zidane llegaron a ser víctimas del polémico arbitraje, cuando el minuto 18 y aún con el partido empatado sin goles, Gil Manzano no señaló una mano clara de Ander Capa dentro de su área, cortando la trayectoria del balón en una jugada con Vinicius Junior y que por ende, era un penal claro en favor de la Casa Blanca.