BARCELONA, España.- El Barcelona ha sudado más de lo necesario para vencer al Espanyol en el derbi catalán jugado este sábado en el Camp Nou. La defensa de 5 hombres de los periquitos dificultó el juego interior de los azulgranas, y fue de nuevo Messi quien derribó la muralla con un gol de falta directa y otro en el tramo final a pase de Malcom. 

En la primera mitad el Barcelona no fue capaz de abrir el marcador gracias al buen hacer del Espanyol en defensa. El técnico Rubi dispuso una defensa de cinco hombres a la que no acostumbra el cuadro catalán y eso impidió a los azulgranas gozar del juego interior que practican.

Pese a ello, uno de los mejores del conjunto visitante en la primera mitad fue el portero Diego López, quien evitó en el minuto 30 con una gran atajada el primer gol del partido. Messi colgó una falta lateral al corazón deñ área y el meta se vio obligado a repeler a córner un intento de despeje de un compañero que se colaba en su portería. 

Rakitic había probado fortuna anteriormente con un disparo potente desde fuera del área que rozó el palo, y Suárez hizo lo propio con el mismo resultado tras soltar un latigazo con la zurda luego de controlar un pase dentro del área de Jordi Alba. 

Al descanso se llegó con el empate a cero inicial, y Ernesto Valverde pronto movió piezas en la reanudación, dando entrada a Malcom y también a Sergi Roberto. 

El guión era el mismo del primer periodo, con Diego López salvando a su equipo y con la pólvora mojada por parte de los locales. Contexto en el que se vio obligado a aparecer el de siempre, Lionel Messi. 

El argentino dispuso de una falta directa muy golosa en la frontal del área y no perdonó. Era el minuto 71 y su disparo, suave y por encima de la barrera, acabó en el fondo de la red no sin antes ser tocado por Víctor Sánchez, jugador del Espanyol que intentó despejar de cabeza el inteligente toque del argentino. 

Pero fracasó en el intento y el gol subió al marcador, como también lo hizo el 2-0 en el 89 cuando, otra vez Messi, batió a Diego López. El Barcelona aprovechó que el Espanyol se fue en busca del empate y en un contragolpe sentenció el choque. Malcom le robó a Jordi Alba la jugada que siempre hace con Messi y el argentino no erró con el interior de su zurda.