
El uruguayo Pablo Cuevas se despide del tenis de los Juegos Olímpicos Río 2016
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- En el estadio olímpico de tenis de Río 2016, colmado con fanáticos brasileños que le hicieron sentir el rigor desde que pisó la cancha y alentaron al local Thomaz Bellucci como una final del mundo de fútbol, el uruguayo Pablo Cuevas pagó la eliminación 6-2, 4-6, 6-3 en la segunda ronda de los Juegos Olímpicos de Río.
#TelemundoRio Pablo Cuevas #URU es eliminado tras perder en 3 sets ante Thomaz Bellucci #BRA en #Tenis Individual. pic.twitter.com/qWyLxh7kzd
— Telemundo Deportes (@TelemundoSports) 10 de agosto de 2016
Apenas la voz del estadio mencionó su apellido, Cuevas (21 del mundo y 11er preclasificado) fue objeto de una estruendosa silbatina y gritos de "buuu" cuando ingresó con la camiseta de color celeste de su país.
Si bien la rivalidad entre uruguayos y brasileños se volvió encarnizada en el fútbol desde el histórico triunfo de la selección charrúa en la final del Mundial de 1950 en el estadio Maracaná de Río, llamó la atención el trato dado a Cuevas en un deporte como el tenis y en el marco de una justa olímpica que pregona el respeto a los atletas.
Hoy después de las 20hs vamos . Seguimos disfrutando de este sueño y peleando x una pic.twitter.com/kbXagnPDFo
— Pablo Cuevas (@PabloCuevas22) 9 de agosto de 2016
El uruguayo, de 30 años, aguantó estoico y no respondió, pero fue obvio que el clima adverso afectó su rendimiento, con 13 errores no forzados y dos dobles faltas en un primer set de media hora.
Bellucci, 54 del mundo, arrancó menos intenso y más errático el segundo set, en el que cometió una doble falta y perdió su saque en los primeros tres games, permitiendo al uruguayo tomar ventaja indescontable de 5-2.
Al grito cerrado de "Brasil, Brasil", acompañado por golpes de palmas, la hinchada local redobló su presión para forzar la reacción del tenista de Sao Paulo.
Cada error de Cuevas, hasta los saques a la red, fue celebrado como un gol por los fanáticos. El tenista visitante, que hasta ese momento se mantuvo impasible, acudió al juez para reclamar por los gritos, pero éste le respondió que no podía hacer nada más que pedir silencio.
Si bien Cuevas ensayó una reacción en el set decisivo, Bellucci y su gente ganaron la partida.