LONDRES, Inglaterra.- José Mourinho no asistió el martes al encuentro obligatorio de todos los managers de la Premier League dos días después de haber perdido la Community Shield ante el Arsenal y se sospechaba que no quería toparse con Arsene Wenger.

 

Pero resulta que sus razones eran mucho más tangibles y él se había encargado de comunicarle a los organizadores del evento sus reales impedimentos.

 

Resulta que el Chelsea debía cumplir obligaciones comerciales con uno de sus patrocinadores más importantes y no podía estar presente en ambos sitios. Los dirigentes de la Premier League aceptaron su explicación, conocían de antemano que no asistiría y le hicieron llegar los acuerdos importantes del encuentro.

 

Uno de los puntos más importantes del mismo resultó la puesta en marcha de un nuevo código de conducta para los managers en el área técnica durante los partidos. Mourinho opinó al respecto con su sello característico: “Estoy completamente de acuerdo. Sólo espero que sea igual para todos”.

 

Se refería claramente al rifirrafe que sostuvo con Arsene Wenger en la temporada pasada, donde ambos llegaron a empujarse. “Fui empujado en el área técnica por otro manager y fue una buena experiencia poder controlar mis emociones”, argumentó.

 

El capítulo más reciente en la novela Mourinho-Wenger se produjo el domingo después de la Community Shield cuando no hubo apretón de manos entre ambos. De hecho, justo al acabarse el partido Wenger tomó en dirección al túnel inmediatamente.

 

“Por respeto a mi club y al futbol yo nunca rehusaría un apretón de manos con otro manager”, concluyó el portugués.

 

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