
Martín Onti: El show debe continuar
Nada podría ser más quijotesco que nuestra actualidad. Sobre esto se podría hacer referencia a cualquier tema presente y en una amplitud que nos lleva desde lo general a lo particular. Nunca ha existido mayor desconcierto en las vivencias que debieron afrontar nuestras últimas generaciones, sin embargo, debe haber un denominador común que le dé un sentido a la continuidad de la razón impuesta por motivos más económicos que lúdicos.
A costa de lo que sea y como sea, el show debe continuar a pesar de las dudas que genera el desconocimiento. El riesgo pasa así a ser parte de nuestro cada día y los interesados lo asumen como moneda de cambio entre lo que se debería y lo que no se debería hacer. Nada importa si el peligro viaja en el tren del vecino.
La ampolla revienta en Fuenlabrada, explota en A Coruña y toda España queda expuesta. A nadie parece importarle los hechos, ni los resultados, quiénes son los culpables ni los damnificados. La premisa a respetar es que el show debe continuar.
Y en esto estamos, absortos por lo que ocurre en nuestro entorno y sin poder hacer mucho más de lo poco que está a nuestro alcance. Los intereses ajenos, esos que sí viajan en un mismo tren y viene a ser que en el mismo vagón, tienen como defensores a Javier Tebas y su hijo, que es curiosamente el abogado del Club de Fútbol Fuenlabrada.
Si tenemos en cuenta el mensaje original del Presidente de LaLiga en el retorno del fútbol post-pandemia (¿?), este fue bastante explícito antes de reanudar la competición: “Si hay un positivo, la liga española no se detendrá, se apartará a ese jugador y se le someterá a un control, pero la competición continuará”. Una verdad a medias.
No sin desconocerse el hecho, el ‘Fuenla’ viajó con jugadores en situación de ser potenciales portadores del Coronavirus a Galicia. El club madrileño estaba en conocimiento del alto riesgo que muchos de sus futbolistas y personal de su staff corrían –estos últimos se quedaron en Madrid- porque ya habían estado implicados en situaciones que el protocolo alertaba, y a pesar de ello optaron por la imprudencia.
El resto es hoy una nebulosa en la que se debate todo el estamento del fútbol y la política española, la sociedad y las organizaciones encargadas de conducir a la mejor liga del mundo. Es evidente que el show debe continuar, todo sea por darle una continuidad al espectáculo del que no tantas bocas se alimentan tan ventajosamente.
Martín Onti