
Martín Onti: Con el debido respeto a Menotti
A partir de este 1º de febrero la Selección Argentina de fútbol tendrá, con la llegada de César Luis Menotti al cargo de director de selecciones nacionales, la apertura a una nueva esperanza para reverdecer viejos laureles de una gloria que comienza a ser solo historia.
No solo se abrirá un renovado ciclo de cara a la próxima Copa del Mundo y a cuanto evento internacional sirva para volver a poner al fútbol argentino en la vidriera triunfalista, sino y sobre todo, la de esperar a que Lionel Messi pueda conseguir lo que hasta ahora se le ha negado al capitán azulgrana con los bicampeones del mundo en eventos de trascendencia.
No debemos olvidar que Argentina, aquella eterna campeona moral de siempre en mundiales, recién pudo conquistar su primer gran logro justamente de la mano de Menotti cuando en el año 1978 consiguió en su propio terruño adjudicarse un, aún a día de hoy, controvertido mundial bajo un gobierno militar del que todavía se recuerdan varios hechos repudiables.
Regresa a un puesto con la albiceleste 36 años más tarde y tras haber salido por la puerta de servicio en diciembre de 1982 después de haber decepcionado en el mundial de España, el tiempo ha pasado con no muy buenos resultados para Argentina desde entonces.
Con 80 años de edad, y en una opinión muy personal, no me parece que la decisión consensuada por los popes del fútbol argentino que regentea Claudio Tapia, sea la correcta. La extrañeza de una elección de difícil comprensión me asalta no solo desde una perspectiva futbolística sino, y peor aún, desde un punto de vista político sazonado por el oportunismo que requiere de un personaje como ‘El Flaco’ en un año en el que habrá comicios para elegir un nuevo presidente del país.
En este último apartado estriba mi duda. No dudaré jamás de las aptitudes futbolísticas de César Luis Menotti como el avezado estratega que supo ser, como técnico de equipos que en su momento marcaron época. Sin embargo, debemos contemplar muy seriamente que eso ocurrió hace unas tres largas décadas atrás y que el fútbol ha cambiado radicalmente en la actualidad.
Lo demostrado por Menotti en los pasados años, como entrenador y manager de las entidades adonde estuvo, no le otorga el beneplácito de besar el santo sin haber ido a misa, y eso es precisamente lo que el actual presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio Tapia, acaba de bendecir junto a Lionel Scaloni, Pablo Aimar y Roberto Ayala, los supuestos responsables, hoy, de dirigir a la Selección de Argentina.
Con el debido respeto -como reza el título- permítaseme desconfiar de que César Luis Menotti sea, a esta altura de su días, apto para un trabajo de tanta responsabilidad como es devolverle el compromiso merecido de la gloria a Lionel Messi en base a una añeja retórica ya corroída por las urgencias que marca el tiempo.
Martín Onti