Julie Johnston fue -discutiblemente- la mejor jugadora del partido de Estados Unidos ante China. Con el resultado favorable 0-1 el Team USA pasó a la semifinal en la que se medirá ante Alemania. No parece casualidad que Johnston haya tenido los que tal vez han sido los mejores 90 minutos de su carrera, toda vez que pertenece al punto más alto de este once, la defensa. 

 

 

Estados Unidos acumula ahora más de 400  minutos sin permitir gol en este Mundial Femenino, o dicho en palabras más fáciles, Hope Solo solamente ha visto un balón en las redes, el tanto de la australiana Lisa DeVanna en el primer partido.

 

No siempre los equipos de fútbol tienen que funcionar a la perfección en todas sus áreas, pero si una de ellas lo logra, entonces las posibilidades de ganarlo todo son mayores. Y, más allá de un medio campo algo frágil, Estados Unidos finalmente se mostró como un verdadero número dos del mundo ante China. 

 

Aparte de Johnston, lo hecho por la dinámica Tobin Heath fue resaltante. Heath es como una hormiga cuyo trabajo no es de lo más colorido, pero al final cuenta muchísimo para el éxito del conjunto. La 17 estadounidense no paró de recuperar balones y se cansó de distribuir de la media hacia el ataque. Así mismo, impresiona su nivel físico que le permitía ir y regresar con la misma eficiencia tanto en el minuto uno como en el 90. 

 

Carli Lloyd, cuyo gol marcó el triunfo, también fue bastante molesta para la defensa china y trabajó muy bien en mancuerna con Alex Morgan, quien sigue creciendo en calidad a medida de que avanza el torneo. 

 

Las muchachas dirigidas por Jill Ellis se verán el martes contra la mejor selección del planeta, Alemania. Lo hecho hasta aquí es plausible, pero para Estados Unidos ni segundo, ni tercer y mucho menos cuarto lugar es aceptable. Y no es porque lo afirme quien escribe, sino porque esa es la filosofía desde la tercera portera hasta la entrenadora y el presidente de la Federación.