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Iwabuchi, la graduación de la niña prodigio de Japón
Antes de que Homare Sawa impulsara a Japón a alcanzar el éxito en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2011 y en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, había una adolescente modesta que acaparaba muchos titulares en el País del Sol Naciente.
En 2008, una tokiota de 15 años tímida y bajita cautivó a todo el mundo obteniendo el Balón de Oro adidas como mejor jugadora de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA celebrada en Nueva Zelanda, pese a que Japón cayó eliminada en cuartos de final. Después llegaron más galardones personales a escala continental, pero también sendos papeles secundarios cuando Japón se ciñó la corona mundial en Alemania 2011 y se colgó la medalla de plata en Londres 2012.
Pese a sus aportaciones a la selección absoluta, la perla más brillante de las Nadeshiko no parecía llegar a eclosionar plenamente en la escena internacional. Pero llegó el minuto 87 del choque de cuartos de final entre Japón y Australia. Entonces, Iwabuchi apareció de repente para marcar un merecido gol de la victoria, en un encuentro muy cerrado en el que Japón sintió la amenaza de perder su corona por un contragolpe fatal de las Matildas.
No es de extrañar que Iwabuchi declarase a FIFA.com tras el partido que ese gol ha sido el punto culminante de su carrera hasta la fecha. “No he metido muchos goles con la selección. Ha sido genial marcar mi primer tanto en el Mundial, y ahora quiero más”, afirmó.
“La verdad, no nos quedaba mucho tiempo, por lo que solamente pensaba en marcar un gol. Me puse muy contenta por poder influir en el resultado del partido. No he marcado muchos tantos con las Nadeshiko hasta ahora, por lo que esperaba convertirme en un revulsivo capaz de salir a la palestra y hacerlo”, insistió la delantera.
Iwabuchi, un torbellino de energía con su rapidez de piernas y sus veloces movimientos, fue un peligro constante en un partido en el que las dos selecciones acabaron agotadas por el calor del sol vespertino. El cambio realizado por Norio Sasaki no pudo surtir mejor efecto, al igual que los consejos que dio a la joven de 22 años. “Cuando iba a sacar a Mana, le dije que este iba a ser su momento. Tardó un rato, pero al final lo hizo”, declaró a los periodistas un sonriente Sasaki tras el partido.
De niña prodigio a jugadora clave
Iwabuchi admitió que lidiar con toda la presión y la atención que suscitaba al principio de su carrera resultó todo un reto. “Hay una gran diferencia entre las categorías menores y la categoría sénior”, destacó. “A ratos me ha resultado difícil, pero ahora siento que puedo marcar muchos más goles a este nivel”.
“Cuando era muy joven, sí que sentía algo de presión por la atención que despertaba, y no siempre era capaz de obtener buenos resultados. Pero ahora creo que ya he superado esa etapa en mi carrera”, aseguró.
Probablemente, Japón necesitará de toda la creatividad de Iwabuchi en ataque si quiere revalidar su cetro. Aunque las niponas han exhibido con profusión su característico dominio técnico, no han sido capaces de reflejar ese dominio en el marcador, ya que han ganado sus cinco partidos por la mínima.
“Estoy muy contenta por poder jugar otros dos partidos con este equipo, y siento que necesito tener un deseo más vehemente de ganar y de marcar. Espero que haber metido este gol pueda hacerme dar el siguiente paso”, concluyó Iwabuchi.