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La vida y el triste final de Reggie Lewis
BOSTON, Massachusetts.- Recordado por muchos como “el hombre que frenó a Michael Jordan”, Reggie Lewis es otro atleta del que nunca conoceremos su verdadero potencial porque dejó este mundo a muy temprana edad, haciendo lo que más amaba, jugando al baloncesto.
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Nació en Baltimore, Maryland, el 21 de noviembre de 1965 y asistió a Dunbar High School, donde jugó junto a otras futuras estrellas de la NBA como Muggsy Bogues, David Wingate y Reggie Williams. En la temporada 1981-1982, aquel conjunto alcanzó un récord de 29-0 en su año Junior, y un 31-0 como Senior, era el mejor rankeado de toda la nación.
Lewis hizo una parada en Northeastern University en Boston, previo a ser seleccionado por los Celtics en la primera ronda del draft de 1987, con la vigésimo segunda selección.
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Su temporada de novato no fue nada sencilla, promediando 8.3 minutos por juego, pero todo cambió en una segunda campaña y una lamentable lesión de Larry Bird. Lewis pasó a promediar 30 minutos y 18.5 puntos por partido, algo que valió para asistir a su único All-Star Game.
Para sus últimas dos temporadas pasó a ser el máximo anotador del equipo, antes de colapsar un 27 de julio de 1993 mientras entrenaban en la temporada baja en las instalaciones de Brandeis University.
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Según cuentan testigos, el jugador se sentó súbitamente y unos minutos más tarde fue atendido tras darse cuenta que tenía dificultades para respirar. Una mujer que tenía certificado de enfermera fue la primera en notar que al jugador le fallaba el pulso y la respiración.
Se intentó reanimarlo inmediatamente, pero fue trasladado al hospital Waltham-Weston, donde los médicos intentaron salvar su vida durante dos horas, algo que nunca fue posible.
El 29 de abril de 1993, el escolta se desvaneció en pleno juego, por lo que le conformaron un “Dream Team médico” para atenderlo con una docena de especialistas que terminaron por diagnosticar una cardiopatía y le recomendaron el retiro.
El jugador decidió consultar una segunda opinión y un doctor le diagnosticó un mal funcionamiento en el sistema nervioso, con “un corazón normal para un deportista”. Ante este panorama, el staff de los Celtics no volvió a pronunciarse sobre la situación y optó por impedir que Lewis asistiera a las sesiones de entrenamiento. Al momento de su muerte, trabajaba por su cuenta.
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