
Martín Onti: El samurai
MADRID.- Cuando el piloto español Fernando Alonso decidió darle el ‘sí quiero’ a McLaren para retornar al la casa de Woking, debe haber sopesado en sus fueros internos, seguramente, que necesitaría alicientes para calmar la decepción que iba a significar correr esta temporada en la F1 con un coche en indudables condiciones desfavorables.
Un profesional con sobrada experiencia en la máxima categoría del automovilismo mundial como él, más la de un bicampeón como el español, nunca pierde la certeza de sus decisiones a la hora de elegir una escudería, y, me consta, Alonso de tonto no tiene un ápice, por lo tanto cuando Ron Dennis le acercó la oferta de ser parte de su team, la mente del asturiano debe haber imaginado lo que se le venía a tenor de que ya conocía la pobreza de prestaciones que McLaren ofrecía para ganar un título.
Llegado un momento en la carrera deportiva de los triunfalistas, uno se pregunta acerca de las razones que les impulsa a tomar una elección en situaciones límites, como la que enfrentaba Fernando Alonso tras su frustrado paso por Ferrari, y no se hace fácil comprender preferencias adoptadas sin pasarlas exhaustivamente por la mirilla de lo subjetivo.
El punto más importante, y trascendental, que debemos tener en cuenta para analizar los días actuales de Alonso, pasan por la superioridad abrumadora que la escudería Mercedes Benz ejercía, y ejerce, en la F1. A partir de allí, debemos ubicarnos en la cabeza del bicampeón mundial y comprender su actitud para poder entender la elección que tomó.
Sabedor que de continuar en Ferrari no conseguiría el título, por conocimiento del deficitario potencial de la casa de Maranello para aspirar a ello, Alonso decide apostar a lo desconocido como alternativa para el sueño de destronar a la escudería alemana, un sueño que le conduciría axialmente a la pesadilla deportiva en la que vive hoy, donde el ‘Samurai’ asturiano parece haberse dado por vencido entregando su katana.
Cansado, hastiado, y en cierta manera desmotivado, Fernando Alonso demuestra por primera vez en su paso por la F1 el hartazgo que le muestran con actitudes más propias de un hombre derrotado por las circunstancias que al de la imagen que no hace mucho lleva tatuada en su espalda… La próxima temporada la seguimos.